domingo, 25 de noviembre de 2007

El policía, nuestro mejor amigo

Lima tiene más de 150 comisarías, sin contar los balnearios que durante los meses de verano se ponen muy de moda entre los periodistas. Todas y cada una de ellas fueron alguna vez escenario de una noticia, con mayor o menor relevancia, desde aquellas lejanas en Matucana, Huaycán o Santa Clara, hasta las más concurridas como Apolo o Alfonso Ugarte.

Hay un interés mutuo, un denominador común entre policías y periodistas, algo que conviene a los dos; mientras el periodista busca publicar la primicia, el policía desea que sus logros sean publicados; uno se apoya en el otro y ambos salen ganando.

Las comisarías se convierten en fuentes noticiosas indispensables, son los comisarios o sus segundos quienes avisan de "operativos" (aunque debería decirse "operaciones"), capturas importantes, denuncias impactantes, y de inmediato un contingente periodístico está raudo y listo en sus puertas. Siempre me he preguntado si los policías no tendrán algún problema judicial, o al menos interno, por hacernos conocer, previo al dictamen de un tribunal, sus casos.

Las presentaciones de detenidos son muy frecuentes, y son todo un show, los policías son unos actorazos. Para no comprometerse fingen el momento justo de los traslados, cuadran en la puerta un patrullero, sacan al sujeto del cuarto de meditación, lo hacen caminar muy despacio para que los reporteros podamos hacerle algunas preguntas, lo suben al carro y luego lo vuelven a meter a la comisaría, y lo hacen las veces que sean necesarias.

No importa que delito haya cometido, los policías siempre le encontrarán 4 ketes de pasta básica y 6 de marihuana, ocultos en alguna bolsita negra arrugadísima; curioso, pero no deja de tener lógica, es la diferencia entre pasar 1 ó 15 días en la carceleta, al final el fiscal desestimará la acusación por microcomercialización, pero los policías habrán tenido tiempo suficiente para investigar y encontrar las pruebas del delito que en verdad les interesaba.

Eso suele ocurrir con tipos denunciados por violación, pues es un delito difícil de probar cuando no son encontrados in fraganti, y la acusación de la agraviada ó agraviado no es suficiente. Recuerdo a un fulano en la comisaría de Mateo Pumacahua en Villa el Salvador que lo detuvieron mientras conducía su mototaxi, tenía 20 anos, y una chica de 14 lo acusó de violarla y embarazarla, necesitaban al tipo adentro el tiempo suficiente para hacerle todas las pruebas, así que por arte de magia los policías encontraron la bolsita negra escondida en la mototaxi, sumaron microcomercialización al expediente y el sujeto pasó 15 días en el Ministerio Público, a libre disposición del fiscal para someterlo a todas las preguntas y todos los exámenes que finalmente probaron que violó y embarazó a la chica de 14 anos.

Sin embargo, hay casos en que esta simbiosis policía - periodista no funciona, como cuando un agente del orden es el principal involucrado. Algo que jamás olvidaré fue la patética reacción del comisario de Sol de Oro cuando a su comisaría llegó intervenido por los serenos de los Olivos un policía que servía en la comisaría de La Ensenada. Ebrio y con su uniforme se atrevió a conducir su auto hasta el local del Serenazgo para reclamarles un supuesto robo, hizo un escándalo no digno de un agente del orden, los serenos no se intimidaron, lo redujeron, llamaron al 105 y lo llevaron detenido. Pero el comisario, en vez de analizar los hechos, hizo una cerrada defensa del policía, dijo que en su día de franco puede hecharse unos traguitos y que se puso su uniforme porque esa misma manana se reincorporaba a su labor, es decir admitió que el policía se iba a trabajar de boleto y aún con el turrón, pero lo justificó diciendo que muchos lo hacen, sin darse cuenta que un policía debe ser ejemplo con o sin uniforme, en día de franco o de servicio. Ojalá los hayan sancionado, a los dos.

Situaciones como esas hacen que algunas veces la relación caiga en crisis a veces muy severas, pero no tanto como para terminarla, pues mientras haya beneficios para uno y para el otro, el affair continuará.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Los muertitos

Sé que es vergonzoso admitirlo pero la principal y más rentable fuente noticiosa de estos tiempos son los muertos, pero lo más lamentable aún es que el rating no lo desmiente, es un círculo vicioso que espero algún día los periodistas podamos romper.

Los he visto golpeados, aplastados, quemados, algunos hasta carbonizados, atropellados y desparramados, seccionados, ahogados e hinchados, baleados, acuchillados, asfixiados, mordidos, envenenados, explosionados, estrangulados, congelados... no, no, no, no soy agente de Finisterre, pero creo que ya alcancé la calificación adecuada por si algún día decido cambiar de rubro.

Cuando era estudiante, mis maestros se esforzaban por inculcarme valores como la ética periodística, el respeto a la privacidad, el rechazo al sensacionalismo; nunca me prepararon para tanta sangre, y muchas veces, sus valiosas lecciones se van por la borda.

No recuerdo cuando vi mi primer muerto, pero lo gracioso es que no recuerdo cuando fue el último, y es que son tantos, una vez quise contarlos, pero un colega mucho más experimentado que yo me recomendó no hacerlo o me iba a volver loca.

Los casos han sido memorables, impactantes, algunos conmovedores, otros irrelevantes, clásicos o bizarros. Seguro quieren que les cuente alguno, bueno, bajo su propio riesgo.

Quizás el más chocante que mi memoria me permite evocar es un NN que murió atropellado en la Panamericana Sur, esas muertes son muy feas, feísimas, pero no indescriptibles, para eso estamos los periodistas. El tipo debió ser un imprudente de esos que cruzan la carretera a dos metros del puente peatonal, lo hizo de madrugada, el primer conductor que lo arrolló quizás se dio cuenta, pero no se quedó para tener la certeza, el segundo habrá pensado que era un perro, al tercero, cuarto y quinto ya ni les preocupó. Cuando salió el sol en el manana... el kilometro 23 y medio estaba decorado con un lindo color carmín pálido (el que se obtiene de mezclar sangre con sesos), las partes del caballero en cuestión habían quedado esparcidas en unos 50 metros de asfalto, los policías tuvieron que cerrar dos carriles para que ningún conductor siga haciéndoles más difícil el trabajo; la verdad es que sentí pena por ellos cuando se vieron obligados a pedir prestada una lampita de esas que se usan para tarrajear paredes. Hasta ahora no sé si lo llegaron a identificar.

Sin embargo, verlos frescos no es tán penoso como ir a sus velorios, el ritual es siempre el mismo, luego de pedir permiso a la familia, es más fácil cuando fueron víctimas de un asesinato o un accidente provocado por un tercero, entrevistamos a los familiares más cercanos, a los amigos, a los testigos, pedimos fotos de quien en vida fue, si tenemos suerte hay un video de algun cumpleanos, se hacen imágenes de las flores, las velas, la ropa, el cajón y listo.

El cajón; confieso que pese a haberlos visto en condiciones terribles, nunca he sido capaz de acercarme a un cajón, sé que no tiene lógica, pero echar un ojo dentro del ferétro es algo que va más allá de mis límites profesionales y personales. Que de donde viene ese recelo? No lo sé, pero hasta ahora mis suenos no se han visto perturbados por alguna visión macabra, supongo que la costumbre ha endurecido mi sensibilidad. Es una pandemia entre periodistas.

martes, 13 de noviembre de 2007

It's just one of those days

Sí, sí, sí, ya sé que me dirán que mejor me rinda y cambie de profesión, pero todo lo que narro a continuación es una realidad y muchos amigos con los que he conversado no me dejarán mentir. Es parte del encanto de ser periodista, espero no deprimir o decepcionar a algún futuro colega.




La alarma de mi celular suena todos los días a las 5 y 30, luego a las 5 y 40, a las 6, a las 6 y 10, si es que ya tengo todo listo, vuelvo a programarlo para las 6 y 20, lo hace con una canción muy linda de Limp Bizkit (si no me ha fallado el link, la deben estar escuchando ahora mismo) que resume todo lo que siento una vez que pongo un pie fuera de la cama.

No tengo apuros en llegar, mientras camino hacia el paradero de la avenida Javier Prado trato de imaginar que clase de muerto, accidente, crimen o violación me deparará el día; y ya en la coaster que me lleva por toda la avenida Arequipa pienso si habrá valido la pena ponerme los zapatos marrones que me costaron 140 soles en Ripley con la esperanza que no me toque cubrir algún incendio.

Suele ser lo mismo, y a veces no hay mucho que pensar, confieso que tengo en mi computadora varias plantillas y sólo es cuestión de cambiar nombres, motivos y lugares. Es difícil ser creativo cuando a penas se tiene dos minutos para contarlo todo, difícil pero no imposible, he tenido algunos grandiosos momentos de luz que le dieron el empujo a mi ánimo profesional justo cuando empezaba a flaquear, sin ellos quizas no hubiera seguido como alguien por ahí dijo, atravesando el valle de lágrimas.

La hora de entrada no me interesa tanto como la de salida, sabrán que para un periodista que, irónicamente puede defender para otros la jornada de 8 horas, eso no existe. Llego cuando ya debí irme y cuando me voy ya es muy tarde, no hay maestrías, ni diplomados, ni un cursito al que se pueda llegar a tiempo, bueno a veces tampoco hay sueldo que pueda pagarlo. Y algunos colegas menos académicos lamentan que tampoco haya fuerzas para unas chelitas después de la chamba.

Yo, con seguridad, pararé el primer taxi que pase y pagaré lo que sea que pida el taxista con tal de llegar rápido a casa, almorzaré a eso de las 7 de la noche y quizás vea algo de televisión, pero estaré tan cansada que talvez no alcance a ver mi propio noticiero, y cuando menos lo espere, esa linda canción de Limp Bizkit volverá a sonar.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Bienvenidos...

Me llamaban Marmota por un viejo hábito que aún no consigo superar, dormir cerca de 12 horas al día, entre comidas y comisiones, todos mis camarógrafos y auxiliares pueden dar fe de ello. Sin embargo, y pese a que la bendita costumbre se ha arraigado en mi personalidad, ya no soy más Mamorta, tengo nombre y apellido, y aún muchas cosas que decir; por eso decidí abrir un nuevo blog, más sincero conmigo misma y con mis potenciales lectores, a quienes desde ya les agradezco haber entrado. Como obsequio de bienvenida he republicado algunos post del antiguo blog, disfrútenlos. Bienvenidos y gracias por volver.

Pamela

Terceros civilmente responsables

Publicado en Marmota el 23 de Noviembre de 2006


No hay derecho, simplemente, no hay derecho. Son demasiadas cosas las hay que comerse en nombre de la equidad (sabemos que la objetividad no existe). En mi diaria y esforzada lucha por conseguirla, he sido víctima de fundadas acusaciones, muchas de ellas acompañadas de insultos y no pocos empujones.

Pongo Puente Piedra como ejemplo. La ira de los pobladores que atacaron el municipio era alimentada por la desilusión de aquellos candidatos que creyeron merecer un mejor porcentaje en las elecciones del domingo. Para ellos, escuchar el Flash de las 4 de la tarde fue como escuchar la voz de Dios, y cuando en la noche la ONPE empezó a dar los primeros resultados oficiales, resultados que por supuesto no se ajustaban a la Boca de Urna, menos al Conteo Rápido de Transparencia, se sintieron engañados.

Intentar explicarles que el Flash es sólo una aproximación que depende de lo que los electores decidieron confesarles a los encuestadores al salir de sus centros de votación; pretender hacerles entender que el Conteo Rápido se realiza en base a una mínima muestra de mesas de sufragio seleccionadas al azar; meterles en la cabeza que incluso la ONPE cuenta los votos según el orden en que llegan las actas y que sus resultados se arrojan representados en el porcentaje de avance con respecto a la totalidad de actas procesadas; es casi casi... imposible.

Entonces, los que para eso estamos, acabamos siendo carne de cañón.Toda historia tiene al menos dos lados, y en una situación como la de Puente Piedra, terminamos en medio del fuego, obligados a tomar parte cuando la idea... ¡no es esa pues!, menos cuando hay tantos intereses políticos valiéndose de la frustración de las masas. En estos casos debemos limitarnos a registrar y dejarles el análisis a los especialistas y a los bloggers.

Sin embargo, cuanto más la sudamos por darle un tiempo y espacio igual para todos, más responsables nos hacen de inclinar la balanza. Nadie, nunca, queda satisfecho.

¿Y como se manifiesta esa insatisfacción? Pues con algunas sentencias como "¿Cuánto te han pagado?", "prensa vendida", "sácalo todo, no saques lo que te conviene nomás", "digan la verdad".

Somos los "terceros civilmente responsables", aquellos que indirectamente nos beneficiamos de lo que hacen el primero y el segundo, y en cierto modo, es verdad. La reventada de vidrios del martes abrió la mayoría de noticieros, y fue portada de varios diarios al día siguiente. Okay, lo confieso, y en nombre de mis colegas pido perdón. No se trataba del descontento de un pueblo ante la virtual reelección de una autoridad cuestionada; era la espectacular lluvia de piedras que emprendió una violenta turba de desadaptados contra un edificio público. Porque, valgan verdades, eso era.

Me enseñaron que cuando se trata de conflictos debemos escuchar con más atención al lado más débil, ¿Pero qué tan débil puede ser un tipo que con el rostro cubierto por un polo sujeta una piedra en la mano?

¿Podemos ser el lado débil, alguien puede escucharnos a nosotros? Yo protesto, protesto porque aquel martes en Puente Piedra, caminé durante dos horas la misma carretera Panamericana Norte que recorrieron los manifestantes, escuchando sus reclamos; protesto porque inhalé el mismo gas lacrimógeno que los policías antimotines les tiraron para intentar dispersarlos; protesto porque tuve que protegerme cuando empezaron a llover las piedras y caer los vidrios de la sede municipal; y protesto porque al final de todo, cansada, llorosa, quemada por el sol, y con los pies magullados, me gritaron "¿Cuánto te han pagado?", "prensa vendida", "sácalo todo, no saques lo que te conviene nomás", "digan la verdad". No hay derecho, simplemente, no hay derecho.

El plan de desconexión Israelí

Publicado en Marmota el 26 de Agosto de 2005


Israelíes desalojando israelíes, sacándolos de sus hogares, obligándolos a abandonar las tierras que ocuparon durante 38 años luego de la Guerra de los 6 días. Es el Plan de Desconexión Israelí para devolver la Franja de Gaza a los Palestinos. Para el Primer Ministro Ariel Sharon es una forma de recuperar la paz en Medio Oriente.

Tuve la oportunidad de conversar con el nuevo Embajador de Israel en nuestro país, Walid Mansour, un hombre a mi juicio muy sensible. Curiosamente es israelí, pero no es judío, pertenece a la etnia de los Drusos, una nación sin patria que jura lealtad al país que los acoge y hasta pueden servir en sus ejércitos y pelear contra sus hermanos si las circunstancias así lo exigen.

Desde esta óptica, Mansour me explicó que para Israel, aplicar el plan fue una decisión dolorosa. "Durante las difíciles jornadas en donde el ejército israelí operaba en la Franja de Gaza para desalojar a las familias, podíamos ver soldados llorando porque ellos se sienten muy dolidos por esas familias, es algo muy complicado para ambas partes".

Los Israelíes aprecian mucho a su ejército, cuyo nombre correcto es "Fuerzas de Defensa Israelíes", hombres y mujeres que sin armas tuvieron que acatar las órdenes de sus superiores y sacar por la fuerza a los civiles.

El Plan de Desconexión Israelí contempla liberar la Franja de Gaza, una estratégica zona ubicada al extremo sur occidental de Israel, a orillas del Mediterráneo, 21 asentamientos humanos y 4 más al norte de Cisjordania desalojados.

El sacrificio israelí es un primer paso, pero no garantiza la paz, ahora depende de la reacción de Palestina. Mansour espera que los Palestinos entiendan que Israel puede ceder pero no por la violencia ni por el terror, solo por la negociacion.

A lo que podría agregarse lo que Sharon dijo durante su discurso en la Cuarta conferencia de Hertzia: "Al igual que todos los ciudadanos de Israel, yo anhelo la paz. Atribuyo suprema importancia a la adopción de todas las medidas que permitan un progreso hacia la resolución del conflicto con los palestinos. No obstante, a la luz de los demás desafíos que afrontamos, si los palestinos no hacen un esfuerzo similar hacia la solución del conflicto, no pretendo esperarles indefinidamente" Lo que podría significar que si Palestina no reacciona positivamente, los esfuerzos por conseguir la paz se irán por el caño y el conflicto continuará igual o peor que antes.

No sólo Israel espera cual será la reacción de Mahmud Abbas, ahora que el Plan ha terminado con el completo desalojo de las colonias, el mundo entero se encuentra espectante pues éste podría ser el inicio del fin de un conflicto que ha durado cientos de años, la paz en el Medio Oriente podría estar cerca.

Tarata: 13 años después

Publicado en Marmota el 18 de Julio de 2005


Don Oswaldo Cava, recorre las tres cuadras del pasaje Tarata en Miraflores, ahora se luce con modernos edificios, prósperos comercios, bancas, flores... Hace trece años las cosas no eran así.

Hace trece años, el odontólogo Oswaldo Cava, perdió a su hijo Pedro, también dentista. El vehículo estacionado en la puerta del edificio donde funcionaba su consultorio, estalló de pronto. 500 kilos de anfo colocados por Sendero Luminoso el 16 de julio de 1992, hicieron volar por los aires el pacífico y clase mediero jirón miraflorino.

Pedro, 27 años, graduado en San Marcos, se encontraba en el edificio atendiendo a sus pacientes, a las 9:30 de la noche escuchó la primera detonación, la segunda no le dio tiempo a escapar.

A pesar del dolor, Don Oswaldo no quiere olvidar, y por el contrario cada año regresa desde Canadá, país en el que ahora reside, para conmemorar el atentado que cegó la vida de su hijo y la de otras 20 personas.

Para superar la tragedia, los residentes de Tarata, se han entregado a la fe en la Virgen del Carmen, pues coincidentemente el 16 de julio se celebra su fiesta religiosa. “El primer año fue horrible, parecía Londres en la Primera Guerra Mundial, ahora creemos en la paz y rechazamos la violencia, pero también creemos en el poder de la Virgen María, y las respuestas marianas contra la violencia han sido contundentes”.

Quizás por esta divina coincidencia, mas de 200 personas salvaron de morir, una de ellas es el hijo de Carmen Cano, durante varios días, los diarios lo dieron por desaparecido, pero la Virgen ya había hecho el milagro “Mi hijo estaba en la casa y se salvó de milagro, él estaba hablando con un amigo por teléfono, en la primera bomba salió por la ventana y se metió de nuevo a protegerse, la segunda detonación lo tiro al suelo, casi pierde los dedos, pero se salvó que es lo principal”.

Hoy resulta difícil imaginar que hace trece años, Tarata estuvo envuelta en llamas, en gritos de angustia de los vecinos buscando a sus familiares, convertida en escombros. Hoy los vecinos no sólo han reconstruido sus viviendas y sus negocios con ayuda de las autoridades, también han reconstruido sus vidas. De vez en cuando miran hacia atrás, la lección que dejo el atentado en la antigua calle Tarata, debe quedar bien grabada en la memoria.

El objetivo fue cumplido

Publicado en Marmota el 18 de Diciembre de 2004


Pasó un aniversario más de la Toma de la Embajada de Japón, en honor a la fecha, quiero reproducir, con algunas correcciones y actualizaciones, un artículo que escribí hace algunos años.
En Diciembre de 1996, 140 comandos militares se despidieron de sus familias, de sus hijos, de sus padres. Dejaron testamentos, cartas fianzas, cuentas de bancos y notas de despedida porque sabían muy bien que la posibilidad de volverlos a ver era muy remota. Los 140 soldados integraban el Comando Chavín de Huántar, el 22 de Abril de 1997 lograron rescatar con vida a 71 de 72 rehenes en la Embajada del Japón, tomada por 14 terroristas del MRTA.

Aquellos cuatro meses de negociaciones, en donde los emerretistas demostraron que no cederían en sus demandas hasta la muerte, sirvieron para entrenar y preparar una operación de rescate limpia. Recordemos que el 06 de noviembre de 1985 en Colombia 35 guerrilleros del M-19 tomaron el Palacio de Justicia en Bogotá, la fallida intervención del Ejército provocó una verdadera masacre, murieron todos los efectivos del M-19 y otras 53 personas, entre magistrados y civiles.

Sin embargo esa operación limpia, que convirtió en héroes al Coronel Juan Valer y el Capitán Raúl Jiménez, al morir en cumplimiento de su deber, fue manchada por una terrible acusación, la muerte de los 14 terroristas fue considerada una ejecución extrajudicial, y 12 de los 140 militares, fueron procesados.

Los detalles de la Operación son conocidos, el Ejercito se las arregló para introducir micrófonos en la Embajada. Con la complicidad de los oficiales invitados que permanecían como rehenes, conocieron los movimientos de sus captores, su rutina y sus conversaciones. Al mismo tiempo se construía en secreto túneles de acceso a la residencia, y cuando el cabecilla terrorista Nestor Cerpa Cartollini y sus compañeros jugaban al fútbol, una explosión proveniente del sótano inició el rescate.

Incluso se arrestó a uno de los oficiales que participaron en la operación, deteniendolo en la DIRCOTE como a un vulgar terrorista, comparando al héroe con el criminal, sin ningún respeto a la calidad de oficial, honor, ni a los rehenes rescatados que hoy se lo agradecen.
Uno de los hechos preocupantes de las órdenes de detención emitidas en contra de los oficiales investigados es que se puso en peligro la seguridad de los comandos y la de sus familias, quienes actuaron anónimamente en la operación, al divulgar detalles de una investigación preliminar que debería tener carácter de reservada.

Es compresible que el diplomático y ex rehén japonés Idetaka Ogura emitiera declaraciones insinuando las presuntas ejecuciones tomando en cuenta que al no estar relacionado con la actividad militar y en medio de la violencia de la operación, de los disparos y explosiones su percepción pudo verse alterada, cosa que se refuerza con el hecho que es el único de los 10 rehenes japoneses que, permaneciendo todos juntos, emitió estas declaraciones. También entra a tallar el hecho de que desarrolló cierto grado de cercanía con sus captores producto del Síndrome de Estocolmo y por razones de seguridad no fue informado de la inminencia de la operación.

En ese entonces fue lamentable que algunos medios de comunicación hayan tomado mayor importancia al impacto social de la noticia y hayan vivido su propia guerra, buscando los mejores elementos, videos exclusivos, declaraciones en primicia, peleándose entrevistados e incluso insultando honores, todo por mayor rating.

Hoy, a la luz de los hechos, queda claro que si hubo ejecuciones extrajudiciales en la casa del embajador, éstas habrían sido realizadas por personal ajeno al grupo de comandos de la operación Chavín de Huántar, y que ingresaron después que ésta terminara.

El Ejército está intentando limpiar su imagen del servilismo fujimontesinista al que fue obligado en la época de la dictadura, no se puede manchar una acción militar histórica, no puede ser negativa toda una operación en donde el objetivo fue cumplido, recatar a los rehenes.

Antauro Humala: El hijo Diabólico de los Medios de Comunicación

Publicado en Marmota el 4 de Enero de 2005


1 de enero, 4 am: Antauro Humala y cerca de 100 hombres integrantes del grupo Etnocacerista ingresan por la fuerza a la Comisaría de Andahuaylas y toman como rehenes a 13 policías. Los insurgentes exigían la renuncia del Presidente de la República y la reincorporación de los militares del grupo golpista "13 de Noviembre", dados de baja en Diciembre. El descenlace 4 policías y 3 humalistas muertos.

Durante gran parte del año pasado, Antauro Humala, ex mayor del Ejército que fue dado de baja en 1997 por medidas disciplinarias, fue tomado en cuenta por varios diarios, algunos de ellos de dudosa reputación, para analizar, como todo un experto, los diferentes acontecimientos políticos y militares del quehacer nacional. Digámoslo así, recibió demasiada pantalla.

Antauro Humala, líder del movimiento etnocacerista, encabezó una rebelión, como lo hiciera su hermano en el año 2000 contra Alberto Fujimori, peor esta vez, las diferencias son claras y abismales. En ese entonces Ollanta era un oficial del Ejército motivado por un sentimiento casi nacional, podría decirse que su actuación fue importante para hacer notar las bajezas del gobierno del dictador japonés. Ollanta pedía su renuncia, con razón, pues Fujimori había llegado al poder gracias a la ilegal re-reelección, y luego de la difusión del primer vladivideo, se hacía necesaria una sacudida como la ocurrida en aquel cuartel de Locumba - Tacna.

Sin embargo lo que hizo Antauro, es una estupidez, no creo que haya otra forma de decirlo. El es ya un civil, y al rebelarse como lo hizo solo cometió un delito por el cual ahora tendrá que pagar, lo más grave es que arrastró consigo a un grupo de hombres y mujeres ignorantes de que existen formas democráticas de protesta. Si bien muchos estamos cansados de promesas incumplidas, es imposible, y más aún, absurdo, decir que vivimos en una dictadura.

El tiro le salió por la culata. Antauro Humala creyó que obtendría un apoyo general en todo el país, como lo tuvo quizás la "marcha de los 4 suyos", pero Humala no se dio cuenta que la poca simpatía por el Jefe de Estado no llega a los límites de un levantamiento en armas a nivel nacional. Es decir, habemos gente descontenta con el gobierno, pero la situación no es tan crítica como para ponerse delante de Palacio con un fusil, como sí lo fue con Fujimori.

¿Quiénes lo apoyaron?

Pero sí hubo algunos sectores que de inmediato se acomodaron a la situación, los cocaleros por ejemplo, conocidos por la radicalidad de sus protestas y más aún asusados por Michael Martínez, digno representante del Parlamento. Por otro lado estaban los estudiantes universitarios de la zona que exigían mayor presupuesto para las casas de estudio, los profesores del Sutep, entre otros grupos. Ninguno de ellos compartía 100% el material ideológico de los etnocaceristas, seguramente ni lo conocían, pero allí estaban, bien agarrados de sus faldas.

La revolución comenzó con la toma de una comisaría en Andahuaylas, en medio de una población alejada de la mano del gobierno, con muchas necesidades, y donde hay necesidades hay rencor, y ese rencor es fácilmente manipulable. Antauro Humala llegó como el salvador del pueblo peruano en una región en donde por la promesa de un pan, se puede llegar a los extremos que ya hemos visto.

Los etnocaceristas

Es de esta población alejada y necesitada en donde Antauro Humala reclutó a sus seguidores, muchachos de 20 o 25 años, llenos de carencias y faltos de esperanza. Pero también es cierto que el grupo está compuesto por muchos ex combatientes, reservistas del Ejército, y militares en retiro, entrenados para usar armamento de guerra y desempeñarse en conflictos. Es por esta razón, que la primera etapa del intento por recuperar el orden público en Andahuaylas fracasó, los policías enviados desde Lima no estaban a la altura de los reservistas, eran en su mayoria miembros del "Escuadron Verde" muy bien preparados para combatir la delincuencia común en las calles de la ciudad, pero enfrentarse a ex combatientes, no.

Más errores

La reacción tardía por parte del gobierno solo puede justificarse por la falta de información que los servicios de inteligencia debieron brindar al Presidente ¿O la hubo y no le dieron importancia?. Esos mismo jovencitos etnocaceristas que ofrecían "El Ollanta" por calles y plazas nos estaban enviando la señal, con sus titulares violentistas llamando a una rebelión, a tomar las armas, cosa que finalmente sucedió.

Luego, cuando los policías de Lima llegaron a Andahuaylas, debieron formar un cordón en el perímetro de la comisaría tomada. Pero no hubo coordinación, el cordón policial nunca se formó, el resultado, la emboscada en donde murieron el Capitán Carlos Cahuana, el Teniente Luis Chávez, y los Técnicos Ricardo Rivera y Abelardo Cerrón.

En La República, Gustavo Gorriti se pregunta "¿Como fue posible que el oficial de mando de la comandancia tuviera un número tan exiguio de policías no precísamente abstemios custodiando un verdadero arsenal?" Y es que dentro de la comisaría existía gran cantidad de armamento policial, y sí era cierto que los oficiales se encontraban celebrando el año nuevo dentro del local.

Los Responsables

El Gobierno ya encontró a su chivo expiatorio, el Director de la Policía Nacional Felix Murazzo, sin embargo este chivo no es tan inocente, pues vaciló mucho antes de que se produjera el arresto de Humala, además el "paseo triunfal" del líder etnocacerista por las calles acompañado de buen número de ciudadanos nunca debió permitirse, fue una burla para los 500 policías enviados a recuperar el control.

Por otro lado, la capacidad del Ministro del Interior Javier Reátegui ha sido cuestionada, y ya muchos están pidiendo su cabeza junto con la del Presidente del Consejo de Ministros Carlos Ferrero, incluso este lunes deberan respondr ante el Congreso de la República, aunque dudo que se hable de censura como con el ex ministro Fernando Rospigliosi, en su caso hubo un muerto, el alcalde de Ilave; con Reátegui son 7, más los 3 del paro de cocaleros... ¡Ya pues!.


Y no puedo olvidar al responsable que titula este artículo, los medios de comunicación, los periodistas deberíamos hacer un mea culpa por engendrar a la criatura, por haberle dado aires inncesarios al líder etnocacerista.


Una victoria insípida

Antauro Humala está preso, los insurgentes se han entregado, han devuelto las armas robadas, los muertos ya están enterrados, pero ahí no acabará la historia, lo único que se ha conseguido al permitir que las huestes humalistas permanezcan tanto tiempo en Andahuaylas es crear un recuerdo en las mentes de los peruanos menos afortunados. Con el tiempo no sería de extrañar que veamos al "Movimiento Nacionalista Peruano" inscrito en el JNE, llevando a un Ollanta Humala en este caso, a la candidatura presidencial, y ese recuerdo se encargará de darle los simpatizantes suficientes para, aunque sea, figurar en las encuestas. Dios nos coja confesados.