lunes, 10 de diciembre de 2007

Voces que se agitan, HOMBRE AL AGUA!!!

Prefacio de Andy

Cuando Pamela, la sadomasoquista, me comentó la idea de publicar un post sobre los jefes, admiré su valentía, pero me preocupé por los callos que iba a pisar, que son muchos, grandes y feos. Su primera versión era desternillante (tuve que ir al baño varias veces) pero también era un pasaporte a los problemas laborales. Por eso trabajamos unos cuantos días para darle forma, y pelarlo como una naranja, hasta que quedó la pulpa, nomás. Finalmente, nadie puede castigar a uno por decir lo que piensa. Y a decir verdad, lo que aquí se ha escrito, aunque sea en versión corregida, es lo que pasan a diario los periodistas de todas las redacciones que en el Perú son y han sido. Que quede para la historia de los Blogs que traté de convencerla, en vano (es teeeerca) de que busque otro enfoque, de que le baje un poco el ají... pero contra el humor negro de una sadomasoquista compañera periodista, es poco lo que puede hacerse.

En el periodismo existen muchos jefes, pero todo jefe tiene un jefe, un editor, y ese editor que es jefe tiene otro jefe, que se llama director, o quizás gerente, y ese director o gerente también tiene un jefe, un gerente general, y este gerente general debe responder a un presidente de directorio, que tambien puede tener un jefe, una junta de acreedores, un accionista mayoritario, no lo sé... la "cadena alimenticia" puede crecer hacia arriba, con muchos peces grandes, pero en el fondo, en el último eslabón, el pejerrey más mísero, es el reportero.


Es lunes al mediodía, la hora peligrosa como suelo llamarle, ese momento del día en el que ya terminé dos comisiones, estoy muy lejos en San Putamadre, y aunque ya debería estar de regreso a mi base, también podrían endilgarme una nueva tarea; entonces mis sospechas se vuelven ciertas cuando ese sonido, que después de las 7 de la noche solo puede significar problemas, invade la móvil. Mi auxiliar apreta el acelerador de pura rabia, y desde el asiento de atrás se escucha un "tamare", no hay remedio, debo contestar.

La voz al otro lado, muy fresca ella y algo ñangosa por el rico almuerzo que se debe estar empujando cómodamente sentada en su escritorio, me dice que debo ir a una conferencia que empieza en ese mismo instante a unos 40 kilómetros de distancia, y por supuesto quiere que lleguemos a tiempo, sin considerar el muy probable tráfico infernal. Mi auxiliar, aunque no se apellida Raikkonen, hace su mejor esfuerzo, traza la ruta y le exige al motor, pero obviamente no llegamos, perdemos la nota y la culpa es única y deliciosamente nuestra. Es que algo que hace jefes a los jefes, es esa desarrolladísima habilidad para lavarse las manos.

No importa, puedo convencer al conferencista de darme algunos minutos antes de retirarse, y me apoyo en mis colegas para que me den la pepa ya masticada; ellos se soplaron una hora de aburrida conferencia, yo sólo requeriré 15 minutos de una respuesta directa al grano. Recuerdo el primer post de mi amigo El Castor (Bienvenido a la Blogosfera, Andy), él describió cuán maleducados pueden ser los congresistas cuando llegan tarde a una comisión y nos hacen esperar o interrumpen a quien ya estaba declarando; yo le respondí que no pocas veces los maleducados también somos nosotros, que pretendemos un buen sitio 30 minutos después de que todos los colegas ya están ubicados, y encima los interrumpimos preguntando si nos perdimos de algo importante. Bueno, a nuestro favor debo decir que algunas veces la culpa es... del jefe.

Como el conferencista hizo una denuncia picante en contra de uno de sus opositores, lo justo (lo periodistícamente correcto y lo mediáticamente sabroso) es buscar la reacción del denunciado para no dejar la nota coja y no romper el principio de equidad, el direte del dime, el River del Boca, el Montesinos del Fujimori. Pero ya son casi las 2 de la tarde, estoy en pie desde las 6 de la mañana, no he desayunado y tampoco he almorzado. La voz, muy apurada porque ya debe marcar su salida, me dice que el entrevistado me recibirá a las 3, y en ese mismo momento pregunto ¿por qué no a las 4 para que lo haga el siguiente turno?, pero la voz es cada vez más lejana, apagada, imperceptible, hasta que desaparece por completo.

Bueno, es tan común que ya no me molesto, he asumido tantas veces que mi turno de trabajo se vea innecesariamente extendido por comisiones que empiezan o terminan tarde; pues cuando un jefe se vuelve jefe, la palabra "relevo" se borra automáticamente de su vocabulario, o adquiere algún malévolo significado que al escucharla, entran en una especie de trance, sufren horribles espasmos musculares, sus rostros se deforman, sus cuerdas vocales se entumecen y solo pueden repetir incesantemente "no hay".

Cuando llego a mi base el tamaño de mi hambre es inversamente proporcional al tiempo que tengo para redactar, y contraviniendo las recomendaciones de mi gastroenterólogo, me abstraigo en mi computadora casi sin probar alimento hasta que finalmente, 6 o 7 de la noche, he terminado 3 notas de las que seguramente no me sentiré muy orgullosa cuando las vea al aire; y es que el sueño, el hambre y el apuro, son enemigos de la creatividad y quizás acabe haciendo sin mucho esfuerzo una de esas notas conocidas entre los reporteros poco emprendedores como "la cumplidora".

De regreso a casa en el taxi, me pongo los audífonos del mp3 tratando de disipar aquellas voces tormentosas, algo del soundtrack de Broken Flowers lo consigue. Prendo la tele para ver si tanto sacrificio valió la pena... pero el juicio contra Fujimori terminó sentenciándome a mí a una edición sin mi nombre en ella.

Y yo que pasé un fin de semana tranquilo y relajado, solo perturbado por el concierto de Soda Stereo, y ahora me cuesta creer que la semana empieza indefectiblemente.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Temblor en Perú

Acaba de sentirse, al menos en Lima, un fuerte sismo, a las 8 y 43 de la noche, aún no hay detalles de dónde fue el epicentro ni cuál fue la magintud. Estar atentos a RPP

Actualización: 5,7 grados en la escala de Ritcher, a 65km al noreste de Pisco. Aún no hay información sobre danos personales o materiales.

Actualización: El Instituto Geofísico del Perú informa que fue de 5,8 grados a las 8 y 42pm, a 69Km de Pisco y que no tiene relación con el terremoto del 15 de agosto, sino que es parte de la actividad sísmica normal de la zona.