jueves, 10 de enero de 2008

BITACORA DE VIAJE I

La primera vez que estuve en Washington, DC. fue para pasar las vacaciones con mis padres, que por razones de trabajo vivieron un ano entero por allá. Ya regresaron a Lima por cierto. Durante esos 20 días mis principios periodísticos se pusieron a prueba, algunos se reafirmaron, otros fueron completamente pisoteados, pero también me forme unos nuevos, basados en algunas observaciones que hice, y me hicieron, desde un lado que a veces los periodistas olvidamos que tenemos, el de espectadores.


Washington, 4 de setiembre de 2007

Querido Diario:
No puedo creer que finalmente estoy en Washington, el viaje fue pesadísimo, la aerolínea que elegí por barata quizás no fue lo mejor, pero prefiero ahorrar ahí y gastar acá je, je, je. Hoy empiezan unas vacaciones que estoy segura nunca olvidaré, el rostro de mi madre cuando crucé la puerta del aeropuerto así me lo garantiza, han pasado meses y sólo nos habíamos visto por webcam, estaba feliz.

Parece que esta ciudad se ve muy linda, al menos desde el Toyota Avalon de mi papá. No te imaginas cuán sorprendentes son las carreteras, larguísimas, anchísimas, rapidísimas... con razón este es un país del primer mundo, si dos ciudades tan lejanas lejanas una de otra se pueden conectar en muy pocos minutos. A la mente se me vienen los recuerdos de esa bella travesía que hicimos en campania electoral con Ollanta Humala desde Trujillo a Quiruvilca y de ahí a Huamachuco, aún no puedo creer que a esa masa informe de barro y piedras le decían carretera, tardamos todo el día en hacer el recorrido. Con el Avalon de papá, desde el Aeropuerto de Dulles hasta su casa en Bethesda, Maryland, hicimos 25 minutos y con tráfico, 30 millas de distancia, unos 48 kilometros, más o menos desde Lima hasta San Bartolo.

Antes de emprender la marcha trataba de imaginar que locuras de publicidad ponían estos gringos orates en las carreteras, no lo sé, estaba convencida de encontrar un robot de tres metros intentando venderme un celular, o una gigantografía de Brad Pitt con una mano móvil invitándome a pasar una noche con él en algún hotel 5 estrellas... en vez de eso solo habían árboles, árboles a la derecha, árboles a la izquierda, eran tan altos que incluso estaban arriba de nosotros, pero ni un puto cartel, salvo las indicaciones de millaje y salidas para las ciudades próximas, nada. Tampoco habían casas, bueno, habían, pero estratégicamente ubicadas y escondidas detrás de la maleza, y muy lejos de parecer una esterita coronada con alguna antena o plato de Cable Mágico.

Todo me parecía tan fluido, los autos parecían flotar sobre el reluciente asfalto, bailaban unos al lado de los otros, muy sincrónicos, como guiados por una melodía de Mozart, pero cuando miré el velocímetro del Avalon, marcaba casi 80 millas por hora, te lo juro Diario, íbamos hechos un pedo y no me daba cuenta.

Fue cuando empecé a mirar con mayor detenimiento esa danza, y me horroricé, la melodía ahora era una cruda tonada de Rage Against The Machine, autos volteados, atravesados en las bermas, incrustrados en los árboles, chocados entre sí, y hasta golpeados por ciervos....

No pude verlos muy bien, pero seguro muchos fueron bastante graves para sus ocupantes, y de pronto se me vino una pregunta, Diario. Dónde estaban los periodistas? CNN, CBS, NBC, FOX, TELEMUNDO y todas las grandes cadenas noticiosas de Estados Unidos? Es que acaso no se enteraron que en la Richmond hubo un múltiple choque que involucró a 5 autos en hora punta, que quizás hubo muertos y heridos? Que el tráfico estuvo interrumpido por horas hasta que los vehículos pudieron ser remolcados? Cuando llegamos a casa corrí a encender un televisor, quería comprobarlo con mis propios ojos. Pero sabes qué, Diario? En todas las ediciones nocturnas, esa información no estaba.

No lo comprendo, Diario, pero por una lado estoy contenta de no volver a ver sangre al menos mientras duren mis vacaciones. Eso es un signo de que la pasaré muy bien.

Pamela.