domingo, 17 de agosto de 2008

Citar fuentes: Los clicks que hacían falta

Lo más frecuente que solemos hacer los bloggers para opinar sobre algún tema es citar a otros, a otros diarios, otros videos, otras fotos, u otros bloggers "dixit". Click, Click, Click... y la cadena de enlaces nos permite, si los artículos han sido bien elegidos, tener una visión aceptablemente completa del tema en cuestión. Sin embargo un error y podríamos inducir también al error a cientos, quizas a miles de lectores.

Por ejemplo, en un post de mi buen amigo Ocram, al citar las declaraciones de Benedicto Jiménez en el juicio a Alberto Fujimori, las tomó del resumen que hizo La República, un resumen a mi parecer un poquitín sesgado. Entonces los comentaristas, es decir los buenos y constructivos comentaristas tuvimos que hacer algunas aclaraciones porque obviamente las palabras del ex Coronel de la Policía fueron malinterpretadas por el diario (no por Ocram), lo que indujo a muchos a pensar que Jiménez dijo lo que no dijo, sino lo que La República quizás quería que los lectores creyeran que dijo.

Pues bien, esto que sucede en el mundo virtual, no difiere mucho de lo que sucede en el real. Son los "rebotes", lo que alguien dijo en un diario, radio o canal de televisión, aparece al día siguiente repetido, reinterpretado, corregido, y aumentado, en otro medio de comunicación. Sin embargo, el mismo problema que planteo en los blogs sucede en los medios convencionales; una mala, una antojadiza interpretación de una declaración, podría transformar un gesto de amor, en el más traicionero de los puñales.

Hoy, en el diario Expreso, la columna El mundo al revés que escribe Luis García Miró Elguera, se tituló "Un 'duende' en Defensa". Asegura que en el Ministerio de Defensa existe uno de estos personajillos de cuentos de hadas para "someter a nuestras fuerzas armadas a caprichos supranacionales". El columnista dice que este 'duende' "viene consolidando un cambio genético en nuestros soldados, una mutación en su enfoque patriótico y valor del militar para defender con su vida a la nación; es decir, una transformación contranatura y vejatoria para el soldado peruano, a quien ese “duende” pretende convertir en travesti trajeado con polaca, botas y quepis, pero con cerebro seriamente deformado para impedirle cumplir su rol medular –más que centenario– de resguardar la seguridad soberana, externa e interna". Finalmente, García Miró responsabiliza de todo esto a "un club de oenegés –con mucho dinero extranjero– que ejecuta el encargo washingtoniano de metamorfosear a nuestras FF AA hasta convertirlas en guachimanes"

¿Qué cosa es esto, de dónde salió? Bueno, no es tan difícil, solo basta mirar unos cuantos días para atrás. Expreso dio por hecho algo que el viernes Correo advertía en la sección donde mete todas sus noticias sin confirmar llamada Chiquitas. Este diario, al citar otra noticia que publicó El Comercio, aseguraba que "estas ONG entrarán a lavarles el cerebro a los uniformados". El Comercio había dicho muy escuetamente el día anterior que "El Instituto de Defensa Legal (IDL) saludó la decisión política del sector Defensa y el esfuerzo de la dirección de educación y doctrina de dicho ministerio para poner en marcha una comisión interinstitucional (incluye los tres estamentos de las Fuerzas Armadas) que revisará y propondrá las políticas educativas en la formación y capacitación de los futuros profesionales militares y de los soldados del servicio militar voluntario".

Este es el origen del sancochado, las recomendaciones que hizo el IDL luego de felicitar la conformación de un comité interno del MINDEF para revisar que tan bien o mal les va en los estudios a nuestros soldados, y si es necesario o no mejorarles la currícula.

¿Tuvieron los lectores de Expreso la posibilidad de hacer tantos clicks para saberlo? No. Por eso es muy importante citar todas las fuentes, para que el público no se quede sólo con la interpretación del medio, que puede ser correcta o no, sino darle al lector-oyente-televidente todas las herramientas necesarias para que, al final de todo, pueda formarse su propio juicio y sentirse verdaderamente informado.