El proceso electoral en Los Estados Unidos parece haber desatado una nueva enfermedad, una especie de Barackmitis Obamitosa, una pandemia altamente contagiosa, que ya traspasó nuestras fronteras. No es que sea peligrosa, pero tampoco inofensiva, porque la elección de Barack Obama como el primer presidente de raza negra en la historia estadounidense está generando tal expectativa que muchos, propios y extraños, nativos y extranjeros, podrían resultar desilusionados.
Conversé con Ariel Segal, analista internacional y docente de la Universidad de Ciencias Aplicadas, y él cree que el hecho de que hayan sido los votos hispanos, y de las minorías en general, los que decidieron la designación de Obama, no garantiza que en el corto plazo, el nuevo gobierno se vaya a interesar en nuestros problemas. Segal pone los puntos sobre las íes y nos jala las orejas: "seamos honestos con nosotros mismos, no somos el centro del universo".
No le falta razón, es decir en este momento, Estados Unidos tiene que pensar en problemas más importantes que un montón de sudacas necesitados, y el mismo Obama lo dijo en su discurso: "... Mientras celebramos esta noche, sabemos que los retos que nos traerá el día de mañana son los mayores de nuestras vidas, dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo..."
Ahora, esto no significa que en un mediano plazo, cuando se estabilice el tema económico, y se encuentre una solución al conflicto en el Medio Oriente, el presidente no le de algo más de importancia a América Latina. Sólo hay que recordar la buena disposición que mostró con el TLC peruano, lo que le da muchas esperanzas a Colombia para conseguir el suyo. Quizás, como me lo anotó Segal, la acción más cercana sería levantar algunas restricciones sobre Cuba, como permitir que los cubanos residentes visiten a sus familiares en la isla y enviarles dinero, y hasta cerrar Guantánamo, esa cárcel que aún utiliza métodos medievales para tratar a los presos de guerra.
En este marco, la situación para los latinoamericanos está un poco en el limbo, porque según Segal, Estados Unidos podría adoptar medidas proteccionistas que serían perjudiciales para los países de esta parte del continente. En números, los casi 13 millones de inmigrantes ilegales, son 13 millones de puestos de trabajos que ahora, los estadounidenses necesitan mucho: "Antes de la crisis, ambos candidatos John Maccain y Barack Obama hablaban de cambiar la política migratoria, pero tras la crisis eso paso a un segundo, tercero o décimo plano... Implica que primero me preocupo de los míos y luego por los extranjeros, y esto incluye a los ilegales". Los calatos de Alfredo Marcos publicados en Caretas del jueves 6, me parece, lo explican muy bien (lo siento, no estoy registrada a caretas.com.pe). Estas medidas proteccionistas también podrían afectar las exportaciones.
Sin embargo no hay que alarmarse, porque José Luis Silva, Presidente de la Asociación de Exportadores, me dijo que si bien podrían levantarse algunas barreras, nuestros productos están de alguna manera blindados, ya que no tienen una gran competencia en los Estados Unidos: "Empezarían diciéndoles a sus ciudadanos que compren carros estadounidenses en vez de japoneses". Silva me aseguró sentirse confiado en que, con todo y crisis, para el próximo año nuestras exportaciones de productos tradicionales a Estados Unidos mantendría el nivel superior al 10%.
El reto para Obama es gigante, realizar el cambio que tanto ha prometido durante su campaña. No será fácil, la realidad podría golpearlo pues comprenderá que desligarse de los grupos de poder, de las grandes corporaciones, no sería sencillo. Segal me dijo que "los norteamericanos quieren políticos que se alejen de los 'Rómulos León' que en todo país existe, y que cada vez más gobiernen para la gente". Tambien deberá demostrar que la inclusión se abre paso, y en ese sentido, quienes lo acompañen en la tarea han de ser personas no sólo profesionales, sino que cubran esa cuota de inclusión.
Cynthia Sanborn, Directora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico es más optimista, ella me dijo que el discurso de Obama, alejado de triunfalismos, genera confianza pues demuestra que desea trabajar junto con los Republicanos para encontrar una solución a sus problemas, y destacó sus características personales idóneas para lograr estos objetivos: "Su biografía refleja el pasado y el futuro del país, es hijo de inmigrantes, ha vivido mucho tiempo en Indonesia... aunque se crió en un hogar cristiano, gracias a su padre conoció la religión musulmana, y sabrá comprender a estas minorías estadounidenses... conoce parte del mundo y eso es una ventaja tanto para adentro como hacia afuera".
El futuro gobierno de Barack Obama podría ser lo que el mundo entero espera, o sólo un globo de gas que se desinflará con el correr de los meses. Aunque, hay algo muy cierto, la gente parece estar tan harta de George Bush, que apenas el nuevo presidente ponga un pie en la Casa Blanca, el aire se sentirá más puro al respirar.