Por estas fechas, la casa de los Acosta, es un caos, mamá como cada año, decidió adelantarse unas cuantas semanas para dejar salir el espíritu navideño, y vaya que en más de treinta años de navidades, se acumuló un sinfín de adornos.
A los Acosta nos encanta la navidad, pero decorar la casa... nones; solo mamá, muy afanosa, puede asumir el reto con tanta voluntad, por eso ella es la protagonista de este video, y resultó más histriónica de lo que pensaba.
Hemos crecido, digamos que el número de adornos en el árbol es directamente proporcional al tamaño de la familia, le decimos el árbol de la inclusión, porque como verán, todo, absolutamente todo, se cuelga. La decoración empieza en noviembre, y no se saca una sola guirnalda hasta fines de enero.
Las fechas también ponen a prueba la memoria, y para eso mamá es una experta, a través de sus recuerdos, nos hace un par de reflexiones que quizás sea importante tomar en cuenta.