La hoja de informaciones decía que debíamos estar a la 1 de la tarde en el grifo Primax del km 232 de la Carretera Panamericana Sur, en ese lugar un bus de la Embajada de los Estados Unidos nos llevaría al secreto lugar que la Sra. Laura Bush iba a visitar a penas llegara al Perú.
Salimos muy temprano, y que bueno, porque manejamos hasta el km 232, 233, 234... y no encontramos ni un grifo, entonces deducimos que en realidad se trataba de la estación antes de la desviación hacia Pisco, unos 4 kilometros menos de lo que decía la hoja.
Nos dijeron que la hora era exacta, así que por temor a llegar tarde no almorzamos, supusimos - mal, claro - que la actividad terminaría temprano. Pero la primera dama de los Estados Unidos, y su hija Barbara, llegaron a Pisco a las 4 de la tarde, recorrieron el Centro de Salud de San Clemente menos de una hora, subieron a su avion, y volvieron a Lima.
Durante las 3 horas de espera, los miembros de seguridad nos mantuvieron encerrados en un bus, hubo que rogar para que nos encendieran el aire acondicionado. Solo nos hicieron salir para el registro, las cámaras, fueron olfateadas minuciosamente por los perros que también llegaron al Perú junto a la comitiva del presidente George Bush, a nosotros nos toco padecer el torpe y brusco cateo personal.
Cuando las damas se fueron, eran casi las 6 de la tarde, nos esperaba un viaje de regreso de casi 3 horas, sin contar con el tráfico de Lima. Tuve que escribir mi nota siguiendo el ritmo de los baches del camino, y alumbrando mi libreta con la luz del celular.
Llegamos al canal al borde de las 9 de la noche, y aunque moría por un café, tuve que posponer mi adicción hasta que pude dejar la nota armada. Recién a las 10 de la noche, con el noticiero encima, estuvo hecha.
Antes de llegar a casa, "almorcé" un pollo del KFC que compré con el dinero de los viaticos. APEC me está sacando la mugre, creo que alguien debería cooperar económicamente conmigo.
Salimos muy temprano, y que bueno, porque manejamos hasta el km 232, 233, 234... y no encontramos ni un grifo, entonces deducimos que en realidad se trataba de la estación antes de la desviación hacia Pisco, unos 4 kilometros menos de lo que decía la hoja.
Nos dijeron que la hora era exacta, así que por temor a llegar tarde no almorzamos, supusimos - mal, claro - que la actividad terminaría temprano. Pero la primera dama de los Estados Unidos, y su hija Barbara, llegaron a Pisco a las 4 de la tarde, recorrieron el Centro de Salud de San Clemente menos de una hora, subieron a su avion, y volvieron a Lima.
Durante las 3 horas de espera, los miembros de seguridad nos mantuvieron encerrados en un bus, hubo que rogar para que nos encendieran el aire acondicionado. Solo nos hicieron salir para el registro, las cámaras, fueron olfateadas minuciosamente por los perros que también llegaron al Perú junto a la comitiva del presidente George Bush, a nosotros nos toco padecer el torpe y brusco cateo personal.
Cuando las damas se fueron, eran casi las 6 de la tarde, nos esperaba un viaje de regreso de casi 3 horas, sin contar con el tráfico de Lima. Tuve que escribir mi nota siguiendo el ritmo de los baches del camino, y alumbrando mi libreta con la luz del celular.
Llegamos al canal al borde de las 9 de la noche, y aunque moría por un café, tuve que posponer mi adicción hasta que pude dejar la nota armada. Recién a las 10 de la noche, con el noticiero encima, estuvo hecha.
Antes de llegar a casa, "almorcé" un pollo del KFC que compré con el dinero de los viaticos. APEC me está sacando la mugre, creo que alguien debería cooperar económicamente conmigo.
