Esta semana dos hechos, uno deportivo (aunque linda con lo delincuencial) y otro político, volvieron a revelar la falta de minuciosidad, o exceso de intuición, que tienen algunos colegas.
El futbolista del Werder Bremen Claudio Pizarro, investigado por presunta evasion de impuestos, aseguró al diario alemán Bild, cansado de tantos dedos acusadores, que en nuestro país, de ricos, pobres, cholos, negros, chinos, monses y vivos, hay gente que son una mierda. Las declaraciones del "bombardero" causaron tanto revuelo que incluso motivaron que el mismísimo Presidente del Consejo de Ministros Yehude Simon las calificara de exabrupto, y uno que otro congresista le exigiera pedir disculpas públicas.
Peru ist ein Super-Land. Aber viele Menschen dort sind scheiße. Sie sind neidisch, gönnen mir den Erfolg nicht.
La traducción de la web alemana es:
El Peru es un Super País, pero muchos seres humanos "estan cagados", son envidiosos, y no me conceden ningún exito.
Los titulares estaban servidos.
Sí, usted, yo, todos, podríamos encajar perfectamente en ese calificativo, Pero ¿acaso fue tan grave lo que dijo? porque valgan verdades, ¿quién nunca en su vida ha sido una mierda alguna vez?. Lo mismo ocurrió un día después con el Presidente Alan García, quién durante la ceremonia de inauguración del tramo final de la carretera Tarapoto - Yurimaguas en San Martín, una zona complicada denominada "La Llorona", dijo:
En este momento en que la crisis mundial hace llorar a muchas lloronas, aquí estamos para decirles, con los trabajadores y las empresas, que con trabajo, constancia y grandes objetivos se vencen los problemas y se acaban los lloriqueos
De inmediato las versiones web de algunos portales de noticias, interpretaron que García, con el término "Llorona" se refería a la ex candidata presidencial del PPC Lordes Flores Nano, quien días atrás criticó de excesivo el entusiasmo del Presidente con respecto a la crisis financiera. Y de inmediato también García se comunicó con RPP para rechazar esas interpretaciones. El único medio que se ha rectificado es El Comercio.
El problema no es lo que García dijo, sino lo que los periodistas no buscaron que dijeran los demás; es decir, que otro - quizás un político opositor - arroje la piedra, y eso hubiera bastado como apoyo para no verse involucrado en situaciones que luego acaban tan mal con esta.
Sin querer, o queriendo (que es lo más peligroso), los periodistas podemos equivocarnos, e inducir a equivocaciones, perder la credibilidad, y la prudencia.
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